La moda ¿una norma social?- Marcos Hurtado

 La moda

¿Una norma social?

Marcos Hurtado (1964)

 

Lo cierto es que tenía otro subtítulo para este modesto escrito: “Refugio de borregos”. Pero no hay nada tan bueno como documentarse sobre algún tema o asunto para confirmar aquello de que “todos los días se aprende algo”. Y, en este caso, mucho.

Los expertos dicen que seguir una moda responde al “Principio de Conformidad”. Dicen que el ser humano lleva en su esencia la necesidad de “aceptación” y que, por ello, tiende, en el tema que nos ocupa, a “seguir las modas”.

Pero ¿qué es una moda? “Del francés mode, una moda es un uso o costumbre que está en boga en determinada región durante un cierto tiempo. Se trata de una tendencia adoptada por una gran parte de la sociedad, generalmente asociada a la vestimenta.”

Yo, en el marco de un permanente, soberbio (de soberbia) y habitualmente fracasado esfuerzo por singularizarme he sido casi siempre un “bocas” con esto de las modas y las “corrientes”.

Cierto es que no me gusta el “seguidismo”, que no he visto ninguna de la Guerra de las Galaxias y que vi ET como veinte años después de su estreno. O que no hago cola ni para ir al cine (cuando se iba al cine ¡tiempos aquellos!).

Pero cierto es también que llevo pantalones, chaquetón, camisas y zapatillas de deporte. Y no voy por ahí con mallas, escarpines y cuello isabelino.

Intento decir con esto que yo distinguiría entre dos niveles de modas. Una sería la que guiaría de forma generalizada y poco traumática a lo largo del tiempo a una sociedad en sus usos y costumbres (alimentación, uso del tiempo, vestimenta, etc).

La otra sería la de los “inventos”. Esas tontunas que se le ocurren a uno o una en un momento (en una pasarela, en una “alfombra roja”, en un programa de televisión) y que otros, por esnobismo o “por no quedarse fuera” la adoptan casi como religión. Afortunadamente, duran poco. 

He dicho dos niveles, pero corrijo, hay otro todavía peor.

Leo estos días que las “influencers” rusas están que trinan y que alguna ha amagado con el suicidio debido a que su adorado Putin ha cerrado instagram en el país. Imagino que ya sabes que eso de influencer es alguien que pone fotos de todo (pero de todo) lo que hace y se queda esperando a que una tropa de “seguidores” le pulsen un “like”. Y ya está. No hay más. Algunas famosillas y famosillos aprovechan el tirón para sacarles dinero a alguna marca y, dado que se fotografían con la ropa o calzado o coche o restaurante en cuestión, sus “seguidores” hacen lo mismo.

Un poco triste. Pero “es la moda”

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