LA GUERRA-Manolo Requena Gomez

No hay duda de que la guerra como matanza indiscriminada de personas, destrucción masiva de ciudades, de irrecuperables bienes artísticos, etc., es la expresión más vil del ser humano. Ese ser “humano” al que me cuesta sentir como semejante. 

La ambición desmedida de tantos y tantos sátrapas que han acompañado el devenir de la historia del hombre, su codicia hegemónica, sus deseos pueriles de crear mundos a imagen y semejanza de sus sueños infantiles, sus incontinencias deseosas de poder y más poder, cargadas de bravuconadas del tipo “ A ver quién es el que la tiene más grande”, Serrat dixit, no ayudan precisamente a sentirnos muy esperanzados en el futuro de nuestra especie.  

Pensábamos que la guerra como solución final, iría dando paso poco a poco a la lógica de la diplomacia, pero parece que no va a ser ese el camino, que la diplomacia como arte y profesión se acabó cuando el viejo Kissinger se retiró a su casita de campo, porque luego han venido una suerte de políticos incapacitados en lo humano y en lo profesional que han dejado ver que estamos en manos de “Unos locos con carné”, nuevamente Serrat dixit, lo siento.

Parece que los modernos conflictos tienen como único motivo una índole económica aunque se siga maquillando por los propios tiranos con eufemismos religiosos, patrióticos, etc.

Los mappa mundi políticos no han dejado de sufrir transformaciones desde que la tierra tuvo a bien admitir como invitado a este llamado animal racional al que tanto le gusta toquetearlo todo.

El señor Putin es un dictador al uso y ruso ( chascarrillo pobre ) de ojos tristes y mirada torva, de expresión impenetrable. Capaz de vender a su madre por un metro cuadrado de algunas de las antiguas repúblicas soviéticas. Cabalga en deseos ocultos y oscuros sobre nostálgicas imágenes de grandeza y poder, de caprichos adolescentes no superados.   

Occidente no debe ser ese padre, madre o abuelo que consienta todos los antojos a éste púber mental que está poniendo en jaque ( esperemos que no sea mate ) la ya más que frágil situación mundial. 

Lo cierto es que se ha jugado con fuego mucho tiempo actuando con debilidad y demasiada paciencia con estos dementes de fácil acceso a botoncitos rojos que cuando se pulsan no ponen en marcha un inofensivo electrodoméstico, sino que acaban con un mundo que peor o mejor, merece muy mucho la pena conservar y disfrutar con sabiduría.

Ahora mismo no sabemos el verdadero camino que va a tomar esta barbarie, ni si habrá alguien que meta en vereda a Vladimir Vladimirovich Putin y sus secuaces.

No sabemos que le haría conformarse, al menos de momento, para frenar su desmedida ambición y que inmediatamente entrase en escena algún ángel salvador en forma del viejo Henry Kissinger o el espíritu de Winston Churchill para decirle muy seriamente a la cara: “Con eso no se juega, caca…” puede que así lo entendiese.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El arte. De lo sublime a la estafa-Marcos Hurtado Pulido

Deportistas trans en competiciones femeninas ¡La gran estafa!- Marcos Hurtado Pulido

El arte como belleza-Joaquín Fernández de Aguilar