Trabajar para vivir-Joaquín Fernández de Aguilar

 Sucede desde hace décadas, el ritmo de trabajo consume la mayoría de la vida diaria y cada vez más trabajos requieren de un día más de día laboral. ¿Es favorable este ritmo de trabajo para salud mental y física de la población? ¿Es beneficioso la inevitable renuncia de tantos bienes morales necesarios para la vida personal-familia, deporte, aficiones-en pro de una vida profesional enfocada a la productividad?  En definitiva, ¿debemos vivir para trabajar o trabajar para vivir?

Sin duda, considero que la segunda es la mejor de las opciones, el trabajo debe orientarse a una mejora en la calidad de vida de las personas, el trabajo debe servir a la vida y no ser incompatible con ella en los demás ámbitos. 

No se trata de impugnar la necesidad del trabajo que es, sin duda, uno de los ejes sobre los que pivota todo individuo, por todo lo que le exige y por todo lo que le da, sino de establecer espacios de tiempo más razonables para que la vida de las personas sea más plena: el tiempo y el disfrute de la familia, los momentos dedicados a las aficiones, las cervezas con ese amigo llevas tiempo sin ver, la práctica del deporte etc. Todos son ámbitos que deben cuidarse y a los que hoy el trabajo impide dedicar más tiempo.


Porque las biografías nunca se han reducido a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, y ahora, tampoco deben hacerlo.


Joaquín Fernández de Aguilar

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