Los “mayores” y la digitalización


La gente mayor, de edad avanzada; los “senior”, como dicen algunos horteras, ya han perdido esta carrera.  No sólo ellos. Hay un cierto número de iletrados digitales en otros segmentos de población más jóvenes. Pero éstos últimos tienen tiempo para “alfabetizarse”. Los mayores no.

La digitalización les ha ganado ya. ¿Y dónde les ha hecho más daño? En las administraciones públicas   y… en “el banco”. Pero es sólo el principio. Hasta para leer una primitiva el abuelo tiene que pasar el boleto por un lector de código de barras. Ahora, coyunturalmente, para tomarse su café con churros (o chocolate, todo va en gustos) debe llevar encima un “certificado de vacunación”, para cuya obtención necesita un “certificado digital” que sólo puede obtener mediante un nada sencillo trámite digital. Si tiene sanidad privada deberá usar una aplicación para pedir citas y para obtener sus informes médicos. En la sanidad pública, lo mismo, pero teniendo que hacer cola al final en el ambulatorio porque los “sistemas no funcionan”. Y si añadimos a todo ello algo que va a llegar, como es la desaparición del dinero en efectivo… Pues apaga y vámonos.

Que el mundo privado empresarial no presente signos de misericordia en este aspecto, siendo deleznable, es coherente con la esencia del capitalismo voraz y mal entendido en el que se inspira. El capitalismo no es malo; su perversión sí. “Toda conducta tiene una explicación, pero no toda explicación es una justificación válida” (M. Hurtado).

Pero la Administración Pública… ¿Está siendo la sociedad insolidaria con los abuelos? Sin duda. Tampoco es una novedad. A pesar de tibios y torpes esfuerzos institucionales (campañas) los mayores son un grupo de población que viene recorriendo desde hace tres generaciones su “senda de abandono”. Al menos en nuestro país. Pero no aprovechemos el concepto global de “sociedad” para esconder nuestro propio egoísmo individual. ¿Qué estamos haciendo cada uno de nosotros?

¿Y tiene arreglo?

No. A mi humilde juicio, es una terrible cuestión de tiempo. Vamos, que habrá que esperar a que se vayan muriendo y así ya no habrá “brecha digital”. Un planteamiento bastante bruto, pero… al tiempo. Llegarán nuevas generaciones de “mayores” que ya se manejarán con soltura en un mundo, no sé si mejor, pero digitalizado. Vendrán con Alexa debajo del brazo, tabletas por doquier, órdenes por voz, chips de salud insertados y robots (algunos/as de ellos/as incluso diseñados para fines poco decorosos). Y puede que no les haga falta salir de casa para nada. ¡Qué triste! Menos mal que nuestra tierra es todavía de “cañas y juntera” y puede que tengamos una “oportunidad”.

 Y los abuelos de hoy sólo quedarán en el recuerdo.

“Antes” varias generaciones de la familia vivían juntas. Los niños nacían en casa y los abuelos morían en sus propias camas. Era el “circle of life”. El devenir nos ha llevado a un modelo donde ya nada de eso ocurre. Volver parece imposible pero… ¿estamos en el mejor camino?

Marcos HP

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