Consumo de carne. "Desde el pasado, hasta el infinito y más allá"-Marcos Hurtado
Consumo de carne
“Desde
el pasado, hasta el infinito y más allá”
M. Hurtado
Dicen que hace mas de dos
millones y medio de años que “el hombre” consume carne. Dicen que empezó a
comer carne cuando desarrolló sus habilidades para poder cazar. Dicen, también,
que, al comer carne y sus proteínas, sus habilidades “progresaron adecuadamente”
y ésto llevó a que cazara más y mejor. Más tarde, bastante, aprendimos a
mantener animales “en corral”. Todo ello, no cabe duda, nos llevó a comer más
carne y a integrarla de forma fundamental en nuestra dieta.
Pero viajemos al momento actual y
concretemos aspectos. Podemos hablar del aspecto nutricional de la carne, de su
impacto económico y de su perspectiva “social” (parece que asunto de moda
últimamente) a la que se encuentra claramente asociada la gestión de su
producción (excluyendo la carne de caza). Esta última es la que más interés me
suscita particularmente.
Dejando a un lado perroflauteces,
la carne es un alimento básico en la alimentación del ser humano. Aporta gran
cantidad de proteínas y aminoácidos esenciales. Activa el metabolismo y contiene
micronutrientes; sin hablar de cómo la carne contribuye a una dieta equilibrada
y, en concreto, a la llamada Dieta Mediterránea. Cosa aparte es que te hinches
de carne y no comas otra cosa. No voy a obviar que el avance de la ciencia y el
estudio han llegado a conclusiones que asocian a la carne algunas
características menos favorables en base a la especie animal (ovino, bovino,
cerdo, ave, etc.) de la que se trate y, como ya decía, también en base a la
cantidad que te comas y… cómo la cocines… y que le pongas “encima”.
Sin dedicar mucho tiempo y
rescatando textos de internet: “La producción del sector cárnico es un pilar
fundamental e insustituible del conjunto global alimentario mundial” “Es un
motor de generación de empleo” “Es un impulsor del empleo en el ámbito rural y
reduce el despoblamiento” “Mas de la mitad de la producción en España se sitúa
en municipios de menos de 5.000 habitantes” ”Dada el hambre y la desnutrición
severa a nivel mundial es imprescindible mantener el sistema alimentario ganadero-cárnico”.
No pretendo aburrir, pero el % que aporta este sector alimentario al PIB en
nuestro país es muy elevado y emplea a casi 3 millones de personas.
Por lo tanto, desde una
perspectiva de salud y desde una económica el consumo de carne está más que
plenamente justificado. ¿Por qué entonces tanta soflama con este tema?
Si no me equivoco parece que las
críticas se lanzan sobre el “proceso de gestión”. Es decir, por cómo se obtiene
la carne de los animales. No cabe duda de que esta corriente de críticas está
fuertemente vinculada a las ridículas corrientes animalistas de última hornada.
Parece que ahora un animal, es “algo más” que una animal. Bueno; no olvidemos
que la mayor parte de los animales que son fuente de carne pertenecen a
especies estabuladas o cercadas que no existirían si el hombre no las hubiera
ido “creando” y evolucionando para el buen fin de su propia alimentación. Y
esta estabulación, creo que ahora denominada ganadería intensiva, debido a su
inevitable carácter de acumulación en un espacio, tiene como lógica e
inevitable que algún ejemplar sufra ciertos daños. Los menos. En caso contrario
al ganadero no le interesaría el negocio. Al ganadero, como al cazador (tema
para otro día), les interesa que los animales estén en buen estado de salud. No
deja de ser cierto que el daño gratuito es inaceptable (sacrificios poco
eficaces, por ejemplo) pero si un cerdo, una oveja, una vaca, una gallina se
ven perjudicados por daños colaterales a su situación de formar parte de
un colectivo, no nos olvidemos: son sólo
animales.
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