¿Certificado COVID?

 

¿Certificado COVID?

“¡Que cada perro se lama su… pilila!” La palabra es otra pero no se trata ahora de escandalizar. La expresión no es gratuita. Es la que marca la conducta de los negacionistas, de los antivacunas. O sea, la de los insolidarios, la de los ignorantes por activa o por pasiva, la de los egoístas, la de los cobardes, la de los perezosos…

Remontémonos varios siglos atrás. Cuando la Peste arrasaba el mundo conocido. Imaginemos ahora que un parroquiano, plagado de bubones y oliendo a podrido, quiere acceder a una taberna; ¿lo dejarían entrar? Ni de coña. Sería algo parecido a si hoy en día una persona intentara entrar en un bar todo congestionado por la fiebre, con tos aguda, mocos y otras lindezas. Tampoco lo dejarían entrar o, en su defecto, lo acabarían echando rápidamente. Volvamos a varios siglos atrás y, con mucha imaginación, visualicemos que han conseguido una vacuna para la peste. Es de suponer que toda la población correría a recibirla. No olvidemos que estamos hablando de una enfermad mortal y muy agresiva. La nueva pregunta es, habiendo ya vacuna, ¿le pedirían al parroquiano para entrar a la taberna alguna prueba o evidencia de su estado “protegido”? Sin duda. Aunque estemos hablando de un mundo mucho más atrasado (aunque tal vez habría que discutir ésto) que el actual.

El Certificado COVID es una derivada de la vacuna COVID. Y la vacuna es una derivada de la enfermedad. La enfermedad todavía no sabemos a ciencia cierta de donde deriva.

Lo que si sabemos y sí a ciencia cierta es que el COVID existe. Y no olvidemos que es una enfermedad de contagio agresivo y potencialmente mortal. Y que existen vacunas para mitigar su impacto.

La nueva pregunta es, si acepto lo anterior (y no entro aquí con los negacionistas porque es de risa; o de pena) ¿por qué no me vacuno? “No, es que voy a ver cómo afecta a los demás y luego si eso…” Como diría el maestro Pérez R. : “cabrón”. “No, es que no se puede haber conseguido una vacuna en tan poco tiempo”: “imbécil, ignorante”. “No, es que no sé si me va a pasar algo con la vacuna”: “¡cagao!”

No debemos permitir que existan bombas de infección humanas sin control. Vacuna obligatoria para toda la población. Certificado COVID obligatorio para situarse en cualquier espacio que se comparta con otra persona. O sea, menos en casa si vives solo. Y si no sales de ella, claro.

¿Esta obligación vulneraría algún derecho fundamental o particular de las personas? Pues no lo sé, pero me da igual. La situación no está para cogérsela con papel de fumar. Por poner algunos ejemplos ¿es aceptable que en los hospitales y en residencias de ancianos se permita que haya personal sin garantía de vacunación? ¿y en los colegios? ¿docentes sin vacuna rodeados de menores? Pues eso.

Claro que, en este país de meapilas y ofendiditos priman más “mis derechos” que la mismísima vida de mi prójimo.

¡Venga ya!

Marcos Hurtado

16.12.2021                

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